May 10, 2010

Los Pumas de la UNAM

El fanatismo de los deportes, en particular el fútbol, es casi tan adictivo y a veces radical como la religión. Amistades y trabajos son creados o prevenidos por la afición a algún equipo de fútbol y en cualquier reunión es fácil escuchar debates sobre cual equipo es el mejor, cual jugador es la siguiente estrella y, este año del Mundial, cual país será el ganador.

En los deportes hay tres tipos de aficionados. El primero es el “normal” que ve los partidos con alguna regularidad en el estadio y los sigue por la televisión constantemente planeando reuniones con amigos en restaurantes o casas. El segundo es el aficionado mas dedicado que no falta a los partidos en el estadio y hace un esfuerzo de viajar a otros estadios, y a otras ciudades, a ver a su equipo jugar. Son los que se ponen la playera de su equipo el día del partido y se saben todas las porras, canciones y gritos. El tercer aficionado es el verdadero fanático o como los Italianos lo llaman el “tifoso” que no solo sigue a su equipo a TODOS los partidos pero también es parte de la famosa “porra” y seria capaz de morir, y lo digo con toda seriedad, por su equipo. Estos aficionados serian capaces de empezar un pleito en un bar o fiesta por su equipo y por algunos de estos, los granaderos siempre están presentes en los partidos. No me gustaría encontrarme a este tipo de aficionados en una calle sola con la playera de un equipo que les gano!

Yo no soy muy aficionada al deporte fuera de los dos partidos importantes de fútbol americano de mi universidad y si los Spurs de San Antonio están en las finales. Fuera de esto, yo no me considero aficionada pero la constante asistencia a los partidos de fútbol de los Pumas de la UNAM me han convertido en la aficionada de la primera categoría que describí.

Hoy, domingo, fue el ultimo partido de la temporada de los Pumas y fue una verdadera experiencia asistir. Los primeros partidos de los Pumas que vi fueron de la final antepasada cuando los Pumas fueron campeones y me encanto ver a la afición satisfecha y gozando el triunfo. Todos en el estadio gritaban y apoyaban a los jugadores y en los 90 minutos de juego, la gente se mantenía “prendida” y gritando.

Pero el partido de hoy fue un poco diferente. Después de una temporada buena pero no optima y sin tres jugadores estrella seleccionados para el mundial, los Pumas terminaron la temporada en buen lugar pero no avanzaron a las finales.

Lo increíble de este partido, que para mi es casi equivalente a que fueran campeones otra vez, fue el espectáculo que dieron los jugadores y los aficionados. El día que salieron los boletos en venta, se acabaron las secciones “económicas” de inmediato lo cual garantizaba un partido muy intenso y lleno de porras. Dos horas antes del partido, los aficionados ya estaban apartando lugares y preparandose para gritar, cantar y celebrar con cervezas, refrescos, tortas, helados y papas. Y cuando se canto el himno del equipo, empezó el espectáculo. Los jugadores, la verdad, jugaron excelente. Con una desventaja de dos puntos que había anotado el otro equipo la semana anterior, los Pumas no se dieron por vencidos y le dieron todas sus energías y la afición no se quedo atrás. Las zonas de las porras estaban a reventar y por todo el estadio se veían los brincos y se escuchaban los gritos de “Goya” a todo pulmón y con todo el corazón. El primer tiempo termino con el marcador 0-0 pero la afición y los jugadores llenos energía. Al principio del segundo tiempo, el estadio se vio lleno de lluvia pesada pero esto no detuvo a la afición. Todos presentes continuaban a cantar y gritar sin importar el cambio brusco de clima y la ropa mojada. Y fue durante ese momento, el que podría desanimar a cualquiera por la falta de goles y el exceso de lluvia, cuando los Pumas anotaron su primer gol contra un portero que la verdad es excelente. En el momento que entro el balón, todo el estadio grito y brinco de gusto. Con lluvia, todos mojados y con frío, los aficionados gritaron aun mas “Goya” y aplaudieron a su equipo. En la sección donde yo estaba, una muchacha joven que gritaba con la porra aunque estuviera lejos contagio a los de su alrededor sus brincos y felicidad y todos brincaban llenos de esperanza y muy satisfechos del partido.

Pero el partido fue difícil y el otro equipo sabia que solo tenia que asegurarse que no anotáramos mas de un gol, ellos ya tenían el partido casi ganado. Seria genial poder platicar que a pesar de los dos goles anteriores, la lluvia y el frío los Pumas ganaron pero ese no fue el caso. Al final del partido, con 5 minutos extra de juego, los Pumas dieron todo pero también el otro equipo. El partido quedo 1-0 a favor de los Pumas pero el verdadero marcador era 1-2 a favor del otro equipo. El partido termino y todos los Pumas presentes, jugadores como aficionados, se lamentaron la perdida. Había sido un partido jugado con el corazón de todos en el estadio.

Por un rato, se quedaron muchos aficionados tomandose fotos y platicando sobre el partido y los jugadores. Varias personas se veían con los ojos rojos de las lagrimas y otros mas, los optimistas como yo, comentábamos del excelente partido y del talento de los jugadores. No ha de ser fácil llegar tan lejos con la desventaja de goles y sin los jugadores estrella que no solo llevan su talento a la cancha pero también las esperanzas de todos.

Algunas personas, y yo era de estas hasta esta noche, piensan que es ridículo o infantil que la gente llore por la perdida de un partido. A los no aficionados se nos hace difícil entender porque un partido de fútbol nos llenaría de tanta tristeza. Es solo un partido, ¿no? Pero solo asistiendo frecuentemente a los partidos y compartiendo partidos malos (como ver en persona la derrota de 0-5 contra Cruz Azul en su estadio) y partidos que son realmente un espectáculo (como el de hoy) se puede entender lo que sienten los aficionados. Estos partidos son eventos de familias completas, de amigos de la Universidad, de ex-alumnos que reviven sus años universitarios con cada partido, de padres e hijos que se unen con el fútbol, de novios compartiendo sus gustos, de amigos de estadio y asientos. Que maravilloso que a pesar de todo el mal en el mundo y de los problemas tan complejos de nuestro país, todavía existan lugares y eventos que nos unan y nos llenen el corazón de esperanza.

A mis queridos Pumas les comparto una frase que nos llenaba de esperanza después de una mala temporada de fútbol americano (que tristemente decíamos con mucha frecuencia): Tenemos la próxima temporada!

No comments:

Post a Comment