Mexico necesita mejorar su sistema educativo. El estado en el que están las escuelas, los alumnos, los profesores, la SEP, y la opinión en general es deplorable. Se debe invertir dinero en lo que es importante y deshacerse de lo que no. Las comunidades deben apoyar mas desde asegurarse que los alumnos asistan a la escuela, hagan su tarea, tengan instalaciones apropiadas (y a esto me refiero ayudar a pintar, limpiar, arreglar, comprar, etc.). En fin, la lista de lo que se debe hacer es infinita.
Pero el problema global de nuestro sistema educativo no es mi enfoque. Lo que en este momento me concierna por mi edad y profesión es la imagen del profesor, maestro, docente o como le quieran decir. El tiempo que llevo trabajando en una escuela Mexicana me ha enseñado mucho. Y la experiencia en la secundaria ha sido y continuara siendo inolvidable.
Lo que mas me sorprende es que la secundaria es todo un tabú. Las personas que no trabajan en escuelas siente un shock cuando alguien dice "Soy maestra de secundaria." Creo que sentirían menor impacto si la respuesta fuera "Trabajo en una cárcel o soy parte de algún grupo delictivo." Incluso algunos maestros, y aclaro que son algunos y no la mayoría o todos, no parecen tener paciencia y cariño para los adolescentes. Tal parece que con el tiempo se les olvido lo que era tener esa edad y vivir todo intensamente. Esta minoría de maestros desaprueba de todo comportamiento típico de la edad y demuestra poca empatía y respeto a sus alumnos. Los alumnos obviamente perciben esto y proceden a reciprocar este trato del mismo modo: con poco respeto y mas rebeldía. Todo esto lo digo en tercera persona porque yo no soy de ese grupo. Aunque admito que es una edad difícil porque la vida esta enfocada en socializar y esto se mezcla con los cambios del cuerpo y mente, esto no quiere decir que el comportamiento sea imposible de moldear.
Si algo he aprendido es que los adolescentes, al igual que los adultos, tratan a las personas del mismo modo de como los tratan a ellos. Y a pesar del mito de la total rebeldía, los adolescentes, al igual que loa adultos, solo buscan a alguien con quien relacionarse. En cuanto encuentran a alguien así, solo buscan demostrar de lo que son capaces y el fracaso es visto como algo decepcionante. Ellos han decepcionado a alguien querido. Es una edad llena de sentimientos.
Y lo que quiero recuperar de estas observaciones después de mucho tiempo de estudio es que debemos de tener cuidado de como tratamos a los jóvenes. ¿Los tratamos de un modo digno y sin prejuicios o son las víctimas de nuestra inseguridad y de un concepto engañoso? Si en realidad les diéramos el trato que se merecen, veríamos la genuina alegría que brindan a nuestras vidas. Como sociedad debemos cambiar esta idea, y como profesores, debemos ser los primeros con este cambio y poner el ejemplo. ¿Acaso no es esa nuestra profesión y vocación?
Karoly G Molina
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